Es todo un veterano en asuntos de política... Alejo Vidal-Quadras: Deberemos pasar por el colapso definitivo del régimen actual.
“Tenemos un Estado sobredimensionado al servicio de los partidos”
Es todo un veterano en asuntos de política. Descendiente de varias de las familias de la alta burguesía barcelonesa, y licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Barcelona, ha sido presidente del Partido Popular de Cataluña durante los años 90. Actualmente es vicepresidente del Parlamento Europeo, del que es miembro desde junio de 1999, así como una de las caras más reconocidas de la nueva organización política de corte derechista Vox, aunque recientemente ha declarado que no se presentará a la reelección para liderar dicho partido.
En esta ocasión, economía y política se dan de la mano en el reportaje central de este nuevo número de la revista Gran Empresa Business Club gracias a las opiniones de Alejo Vidal-Quadras.
GEBC.- Sin duda, nos encontramos en una situación cambiante al menos en lo que se refiere a la política, los españoles se manifiestan más que nunca en una situación de crisis económica, ¿qué análisis deberíamos hacer de esto?
De acuerdo con recientes estudios de opinión, la principal preocupación de los españoles es el paro. La segunda es la corrupción. Es obvio que la supervivencia en el terreno material es la principal necesidad, sobre todo en momentos en los que hay cinco millones y medio de parados, un 30% de pobreza infantil, un millón de hogares sin ingresos de ningún tipo y dos millones de hogares con todos sus miembros desempleados.
Sin embargo, eso no significa que no existan otros motivos de movilización social y electoral muy fuertes, como indica el hecho de que los escándalos de comportamientos irregulares o delictivos de representantes públicos ocupe un lugar muy destacado en los problemas que los ciudadanos perciben como cruciales. La estrategia del Gobierno de centrar exclusivamente su discurso en la recuperación económica, ignorando la crisis institucional, moral y de unidad nacional que atraviesa España es de una miopía política realmente suicida. La prueba está en el resultado de las elecciones europeas, en las que el Partido Popular ha perdido un tercio de sus votantes respecto a 2009.
“La campaña del Gobierno sobre la Marca España es más fruto del voluntarismo que de nuestra reputación”
GEBC.- Pese a todo, la Marca España sigue generando negocio en el plano internacional…
España más que una marca, necesita un proyecto. No cabe duda que los países son también marcas en el sentido comercial y que la tecnología alemana, el diseño italiano o la gastronomía francesa añaden al valor intrínseco de sus productos la garantía de calidad que les aporta su nacionalidad. Ahora bien, una marca-país no se improvisa ni se construye solamente a base de operaciones de imagen. Ha de estar apoyada en realidades y en una larga trayectoria de prestigio. Por desgracia, la campaña del Gobierno sobre la Marca España es más fruto del voluntarismo que de nuestra reputación tras el paso arrasador de las tres burbujas, la financiera, la inmobiliaria y la del tamaño del sector público. El día en que seamos competitivos, innovadores, generemos valor añadido, dispongamos de un capital humano de alta capacitación y nuestras instituciones sean sólidas la marca se construirá sola.
GEBC.- En estos momentos, se habla mucho sobre cambios en la Constitución e incluso en la forma de gobierno del país. Hay quienes prefieren el federalismo como una solución práctica, ¿qué opinión le merece esto?
Un Estado federal une lo que antes estaba separado. España tiene cinco siglos de existencia como entidad política unificada y carece por completo de sentido federalizarla. Además, el federalismo implica uniformidad en competencias y una nítida separación de las fuentes de financiación del Estado central y de los estados federales con tributos específicos correspondientes a cada nivel de tal manera que el que recauda gasta lo recaudado con plena responsabilidad ante el electorado. España contiene regímenes forales para ciertas Comunidades, diversidad de lenguas cooficiales en determinados territorios, heterogeneidad de competencias y fuertes corrientes separatistas en Cataluña y en el País Vasco. La solución federal no es aplicable y la insistencia de algunos en este tema una pérdida de tiempo. A la luz de la experiencia acumulada tras treinta y seis años de desarrollo constitucional, el modelo que nos conviene es el de un Estado unitario administrativamente descentralizado que respete y reconozca la pluralidad cultural y lingüística, aunque antes deberemos pasar por el colapso definitivo del régimen actual.
“La solución federal no es aplicable y la insistencia de algunos en este tema una pérdida de tiempo”
GEBC.- En su opinión, ¿la multiplicidad de poder y competencias en España genera riqueza y bienestar?
Todo lo contrario. Ha deteriorado la unidad de mercado, ha disparado el gasto público y ha dividido a los españoles. En términos económicos, el Estado de las Autonomías ha sido un fracaso sin paliativos y es uno de los principales obstáculos para la contención del déficit. La proliferación y la dispersión de normas y la abundancia de barreras administrativas, lingüísticas y regulatorias a la libre circulación de los factores productivos dificulta considerablemente la actividad de las empresas y con ello la creación de riqueza y de empleo.
GEBC.- En los últimos tiempos, la cesión del estado de sectores estratégicos de interés general como energía, transporte o sanidad a la empresa privada han levantado opiniones encontradas en la sociedad, ¿son una buena solución en la creación de riqueza y desarrollo?
Los llamados sectores estratégicos no por el hecho de serlo han de estar en manos del Estado ni sometidos a regulaciones intervencionistas que distorsionen el normal funcionamiento del mercado. Si bien es cierto que el interés general ha de quedar salvaguardado y la libre competencia ha de funcionar sin trabas, más allá de estos principios cualquier actividad económica ha de desarrollarse preferentemente en el ámbito privado, que es donde los recursos se distribuyen de manera más eficiente y productiva.
Los llamados servicios públicos, educación, sanidad, transporte, pueden ser financiados en su totalidad o en parte por el Estado, pero eso no significa que los suministradores hayan de ser las Administraciones. Fórmulas de financiación pública y gestión privada o colaboraciones entre lo público y lo privado han demostrado ser mucho más eficaces y de menor coste que las puramente estatales. Los gestores privados, por su propia dinámica optimizadora de los factores de producción, consiguen mejores resultados que los públicos, que carecen de incentivos salvo los de su propia preservación y su crecimiento desmesurado.
“Un gran número de políticos no han conocido nunca la realidad empresarial ni económica y ello les impide ponerse en el lugar del autónomo”
GEBC.- Se critica que nuestros representantes políticos sean en su mayoría funcionarios y muy pocos cuenten con experiencia empresarial. ¿es posible conducir un país con una mayoría de representantes que tienen una visión sesgada de la realidad empresarial y económica del país?
Por desgracia, un gran número de políticos no han conocido nunca la realidad empresarial ni económica y ello les impide ponerse en el lugar del autónomo, del profesional o del empresario y comprender sus problemas. Por eso muchas veces se legisla o se gobierna de espaldas a la evidencia de acuerdo con criterios electorales, ideológicos o partidistas. Un sistema electoral distinto, que garantizase el vínculo directo entre representante y representado, así como la democratización interna de los partidos y una remuneración adecuada de las responsabilidades públicas contribuirían a la entrada en la política de gente con la experiencia, la honradez, la preparación y la vocación requeridas.
GEBC.- El independentismo catalán y vasco están en más auge que nunca, ¿a quién beneficia estas propuestas?
No benefician a nadie. Los separatistas han puesto en marcha un juego en el que todo el mundo pierde, lo que demuestra escasa inteligencia. Si los proyectos separatistas catalán y vasco acaban triunfando, los primeros perjudicados serán los ciudadanos de estas dos Comunidades, que verán disminuir su renta, estrecharse sus oportunidades y agudizarse los conflictos internos en sus territorios. Las elites políticas que han puesto en marcha este proceso disparatado lo han hecho para ocultar su incompetencia, su despilfarro y su corrupción y para satisfacer sus ansias de poder de provincianos mezquinos y frustrados.
GEBC.- Es evidente que la administración española está sobredimensionada y genera un gasto insostenible. ¿Existe alguien que sea capaz de dimensionar el estado y enfrentarse a un colectivo tan poderoso?
Esta tarea urgente e imprescindible la han de llevar a cabo nuevos partidos portadores de una agenda de transformación y reforma del Estado. Los partidos establecidos nunca la impulsarán porque viven del sistema ineficiente, corrupto y clientelar que han construido para su exclusivo disfrute.
“Es vital una reforma en profundidad de la estructura territorial del Estado para convertirlo en viable”
GEBC.- Muchos empresarios critican que la excesiva carga fiscal hace inviable la creación de empresas y el sostenimiento de muchas de ellas. ¿Podemos salir de la crisis cuando el estado en vez de ser impulsor de la economía se convierte en un escollo tal y como opinan muchos empresarios?
Al principio de su mandato, el actual Gobierno se vio obligado a tomar una decisión trascendental para la salida de la crisis: o disminuir drásticamente el gasto improductivo e innecesario del Estado para poder así mantener estable el esfuerzo fiscal o incluso reducirlo, o subir brutalmente los impuestos y dejar intocado el tinglado ineficiente y carísimo de un Estado sobredimensionado al servicio de los partidos. Para nuestra desgracia, eligió la segunda opción. La política correcta hubiera sido en una primera etapa operar en los ámbitos de la subvenciones públicas, de los miles de organismos de toda ralea que pueblan los diversos niveles de la Administración y del volumen de empleo público no funcionarial para conseguir un ahorro del orden de 50.000 millones de euros, tal como se propone hacer curiosamente un Gobierno socialista en Francia. La segunda debería consistir en una reforma en profundidad de la estructura territorial del Estado para convertirlo en viable y eficiente, eliminando duplicidades, superposiciones y entidades públicas inútiles. Mientras no se proceda a esta cirugía mayor, la deuda seguirá aumentando, las empresas no tendrán crédito y el paro no volverá a tasas tolerables.
GEBC.- Otro tema es la educación. Es ésta, el pilar del desarrollo social y económico de un país. En España, por ejemplo, hay poca convergencia entre la formación y las necesidades empresariales. ¿Se puede ser competitivo con esta falta de sintonía entre educación y empresa?
Una de nuestras principales deficiencias en cuanto a competitividad es la falta de calidad de nuestro capital humano. España ofrece la paradoja de ser uno de los países de la OCDE con mejores infraestructuras de transporte y peores resultados en educación. El sistema educativo español es inclusivo, permisivo, sindicalizado, igualitarista, desconocedor del mérito y desprovisto de incentivos, lo que conduce directamente al fracaso. Necesitamos una reforma de la enseñanza que se base en la exigencia, el reconocimiento del mérito, la competencia entre centros, los estímulos a la calidad, el reconocimiento salarial y social del profesorado, el esfuerzo, el estudio y la disciplina. La conexión entre los programas educativos y las demandas del mercado es otra de nuestras asignaturas pendientes, como también lo es la formación en la empresa, cuestión ésta última dificultada por la excesiva precariedad en el empleo derivada de un mercado laboral demasiado rígido y dualizado. En lo que se refiere a la educación superior, nuestro modelo de Universidad funcionarial, endogámico, localista y politizado ha de ser sustituido por otro que se asemeje al de aquellos países que destacan por la excelencia de sus campus.
GEBC.- Las encuestas aseguran que los ciudadanos han perdido la confianza en los políticos y que las promesas electorales son solo eso, promesas. ¿Qué opinión le merece al respecto?
En este punto la solución vuelve a pasar por la democratización interna de los partidos y un sistema electoral que acabe con las listas cerradas y bloqueadas, confeccionadas por las cúpulas de estas organizaciones sin intervención alguna de los afiliados. Otro aspecto a considerar es una legislación implacable con la corrupción y unos mecanismos de auditoría y control de las cuentas públicas realmente independientes y ágiles.
GEBC.- Nos encontramos en pleno debate sobre la continuación de la Monarquía, ¿genera beneficio ésta a un país o es prescindible?
En España, la Monarquía parlamentaria es una forma de Estado muy adecuada para asegurar la continuidad histórica, la cohesión nacional y la proyección internacional de nuestro país, siempre y cuando las personas que encarnen la Institución estén a la altura de su alta misión. De hecho, de los diez países más desarrollados y avanzados del mundo, siete son monarquías democráticas y parlamentarias.
GEBC.- La corrupción es uno de los mayores problemas del país, al menos es lo que opinan esos mismos ciudadanos, ¿cómo se debería resolver esto?
La corrupción obedece a un conjunto de factores entre los que destacan la eternización en los partidos de cúpulas oligárquicas cooptadas, la falta de democracia interna, las listas electorales cerradas y bloqueadas, una legislación urbanística que facilita el cohecho, la ausencia de mecanismos de control e intervención de la gestión pública realmente eficaces, independientes y ágiles, la pérdida de valores vertebradores de la sociedad, el excesivo peso del sector público en la economía y una justicia politizada, lenta y escasamente dotada. Hay que actuar en todos estos ámbitos para corregir estas serias deficiencias de nuestro sistema institucional y político.